Ubicado en el sector norte del Parque Nacional Los Glaciares, a 212 km de El Calafate y bajo el amparo del majestuoso Monte Fitz Roy, se encuentra el pueblo de El Chaltén, reconocido como la Capital Nacional del Trekking.

Durante nuestra estadía en El Calafate decidimos ir a pasar el día para conocer un poquito de esta hermosa ciudad. Para ello fuimos directamente a la Terminal de Omnibus y sacamos el boleto en colectivo para ir por nuestra cuenta, ya que era la manera más económica. Hay varias salidas diarias, al menos 2 por la mañana y otras 2 opciones de regreso por la tarde. También hay un par de empresas que lo hacen y todas tienen la misma tarifa.



El viaje dura unas 3,5 / 4 horas por ruta asfaltada en buen estado. Al llegar la primer parada es en la oficina de Guardaparques donde se recibe una charla sobre las precauciones y cuidados a considerar y las diferentes opciones de trekking que podés elegir. Luego de la charla el micro te deja en la terminal dentro del pueblo. El mismo se encuentra sobre la margen noroeste del lago Viedma, entre el río de las Vueltas que da origen al Lago del Desierto, y el río Fitz Roy donde nace la laguna Torre. Su singular entorno natural se debe a la zona de transición entre la estepa patagónica y el bosque subantártico. Asentado sobre una antigua cuenca glaciar, El Chaltén está rodeado de cañadones precordilleranos, y vigilado por el glaciar Viedma y las agujas graníticas de los cerros Torre y Fitz Roy.

Como llegamos después del mediodía y regresábamos en el último micro de la tarde (que salía alrededor de las 17 hs) nuestra única opción era el recorrido de trekking más corto. Así fue que lo emprendimos para obtener mejores vistas del Monte Fitz Roy y de este maravilloso entorno natural.

La cabecera del sendero comienza en el extremo Norte del pueblo, al final de la Avenida San Martín. Durante la primer hora la pendiente es algo pronunciada y en alrededor de media hora se accede a un mirador con vista panorámica del valle del Río de las Vueltas.

Aproximadamente a una hora y media de caminata una señal en el sendero muestra la bifurcación hacia la Laguna Capri (a la izquierda) y hacia el Fitz Roy (derecha). Desde la laguna Capri, una laguna de aguas azules hermosísima, se obtiene una vista fantástica del Fitz Roy.  Ahí aprovechamos para descansar un rato, almorzar unos sandwiches que nos habíamos llevado y disfrutar del maravilloso paisaje.

  

Si, como en nuestro caso, contas con poco tiempo o esta es la única caminata que vas a hacer, vale la pena caminar unos 15 minutos adicionales desde la bifurcación mencionada previamente en dirección al Fitz Roy, para acceder a un mirador natural sobre una roca, desde donde se llega a apreciar el glaciar Piedras Blancas.

Demás está decir que el paisaje es imponente, y pudimos entender de manera gráfica por qué llamaron a la ciudad Chaltén que significa «montaña humeante»…

Luego de apreciarlo un rato largo desde laguna Capri, decidimos ir hasta el mirador para tomarle mejores fotos, y al llegar nos encontramos con que el cerro estaba tapado por una nube que quedó allí y no se movió más! El efecto del viento y la nube depositada en su cima daban el aspecto de un volcán humeante.

Otros paseos

Hay varias opciones, y aunque no las hayamos podido hacer por falta de tiempo, les dejamos algunos datos. Uno de los más populares es la laguna de los Tres en la base del cerro Fitz Roy. Siempre que el cuerpo y las ganas de caminar aguanten, son cinco horas a ritmo sostenido para alcanzar esta laguna en la cima. Otra sugerencia, con más adrenalina es el trekking sobre el glaciar Torre y, para aventureros más entrenados, hay una travesía de siete días por los campos de hielo.

Otro paseo más tranquilo es la excursión al lago del Desierto, que puede hacerse en auto, Traffic o bicicleta y también excursiones lacustres por el lago Viedma, llegando al glaciar homónimo, y pudiendo realizar allí caminatas sobre el glaciar utilizando crampones.

Más allá de las actividades que propone, El Chaltén es un pueblo muy pintoresco y la próxima vez que estemos por allá nos encantaría quedarnos al menos dos noches para poder disfrutarlo más. Eso sí, habrá que bancarse el viento constante que sin exagerar, es MUCHÍSIMO!