Decidimos visitar Bolonia (o Bologna en italiano) como parada intermedia a Maranello, ya que el sueño de Santi era manejar una Ferrari ahí, pero eso se los va a contar él en otro post…

El punto es que es una ciudad bastante grande, y muchos recorridos de tren conectan con ella, así como también cuenta con un aeropuerto bastante importante dentro de lo que es el «interior» de Italia.

Así fue que llegamos a esta hermosa ciudad que se caracteriza por ser una de las ciudades históricas mejor conservadas y tiene el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa, después de Venecia.

Piazza Maggiore

Es la plaza principal y aquí se encuentra la famosa Fuente de Neptuno, así como también varios palacios, entre ellos el Palacio del Podestá, sede del Ayuntamiento.

En esta plaza suelen tocar músicos callejeros, volviendo la zona más animada aún.

Canale delle Moline

Si creías que solo ibas a ver canales en Venecia te equivocaste. Bolonia fue uno de los centros de comercio más importantes de Italia, gracias a sus numerosos canales por los que circulaba la mercancía, canales que hoy en día se encuentran soterrados a excepción de uno. Para encontrarlo podés agudizar el oído y seguir el sonido del agua correr y sino para hacerlo más simple acá te pasamos la ubicación:

Te vas a dar cuenta que llegaste porque seguro hay gente mirando por una ventanita chiquita en una pared que da al canal.

Las torres Garisenda y Asinelli

Son las torres más conocidas de Bolonia, también llamadas «gemelas» aunque si bien no son iguales, son bastante parecidas. A la única torre de la ciudad a la que se puede subir es a la torre Asinelli, luego de unos 498 escalones que te permiten apreciar la ciudad desde arriba. La entrada sale 3 euros y si vas en un fin de semana, es probable que tengas que esperar en una larga fila así que mejor ir con tiempo.

Qué más hacer

Los fines de semana la ciudad se transforma y las calles se convierten en peatonales, con gente por doquier durante el día y la noche.

Vale la pena caminar sus calles y elegir algún lugar que te guste para cenar o disfrutar del típico spritz italiano, no te vas a arrepentir!


No estuvimos mucho tiempo (solo una noche) así que no pudimos conocer mucho más, pero si contas con más días hay muchas iglesias, pinotecas y museos para disfrutar. O simplemente podés caminar sus calles, entre galerías y edificios antiguos, colmados de historia.

Aquí algunas postales más de esta bella ciudad.